martes, 28 de diciembre de 2010

Adictos a la escritura. Retorciendo al monstruo

¡Feliz Navidad a todos! Creí que no tendría tiempo para poder publicarlo, pero tuve que volver antes de tiempo de las vacaciones, así que me encontré con tiempo para poder escribir.
El tema es retorcer al monstruo y se trata de un demonio porque fue elegido por votación.
¡Espero que os guste!


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EL FRUTO PROHIBIDO

Al morder la manzana que ese extraño ser que se hacía llamar Diablo me ofreció, sentí el mundo no volvía a ser el mismo.
Noté una inexplicable necesidad por conocer qué era lo que había más allá de aquel paraíso que me había sido otorgado, otra extraña urgencia de correr por aquel desconocido mundo y descubrir las verdades que nadie más que yo pudiera descubrir y una inexplicable sed de conocimientos que luchaba por salir de mi interior.
De pronto, todo lo que había a mi alrededor, me resultaba poco atrayente. Necesitaba más y más conocimientos y un extraño cosquilleo pululaba por todo mi cuerpo ante la posibilidad de retos que parecía inalcanzables…
Extrañada, miré hacia aquel ser que en ese momento me miraba con satisfacción. Como si conociese cuáles eran los síntomas que estaba sintiendo en ese momento. Pregunté entonces furiosa, al no ser capaz de comprender:
¾    ¿Qué es lo que me has hecho?
El Diablo sólo sonrió con aquella terrorífica sonrisa que en ese momento tan misteriosa me parecía y dijo:
¾    ¿Ahora comprendes por qué tu Dios te prohibió tomar el fruto de este árbol?
Contempló el resto del fruto que aún no había comido intentando averiguarlo y de pronto recordé el nombre por el que había sido llamado ese árbol. “El árbol del Conocimiento”. Pero antes de que pudiera decir nada, el Diablo volvió a hablar:
¾   Éste es el árbol de Conocimiento. Si comes fruta de él, tu mente se abrirá y una inexplicable sed de saber correrá por tus venas… ¡Tenlo! Es el regalo que yo te ofrezco. ¡Úsalo bien!
Entonces asentí. Él entonces desapareció tras una nube de polvo y me quedé sola intentando descifrar todos aquellos nuevos sentimientos que se cernían sobre mí. Necesitaba salir de aquel paraíso donde me sentía presa. Necesitaba encontrar nuevos lugares, cambios de aires, conocer nuevos mundos…
Sin pensarlo dos veces, me escapé del paraíso de  mi Dios enfrentándome a aquellos nuevos retos que mi cuerpo pedía. Utilizaría aquel regalo para satisfacer toda esa necesidad de sabiduría.

Años después, volví a encontrarme con él. Su siniestra forma ya no me asustaba. Sabía que quería saber si había utilizado su regalo, así que preguntó sin más:
¾   ¿Y bien? ¿No tienes nada qué contarme?
Medité pesadamente lo que tenía que decirle y finalmente hablé:
¾   Durante todo este tiempo, he viajado sin tregua. He conocido grandes lugares y a distintas personas. Me he enfrentado a grandes retos de los que he salido airosa y también perjudicada. Y por supuesto, he aprendido una cosa muy importante.
El Diablo arqueó una ceja expectante y preguntó:
¾    ¿Sí? ¿Y de qué se trata?
¾    Que sólo yo soy dueña de mi Destino. Que ningún Dios divino puede juzgar mis pasos ni crea mi destino. Sólo yo soy capaz de formar mi propio camino.
Esa fue mi sentencia final. El Diablo me miró durante un segundo fijamente, pero justo después me sonrió y me dijo:
¾     Muy bien. Ese era en realidad mi regalo. Espero que nos volvamos a ver alguna vez.
Y tras decir, esas últimas palabras se fue. Nunca más volví a encontrarme con él, sólo me quedé con ese regalo que nadie me había otorgado nunca. La libertad.
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Mi versión del Edén. ¡Un beso a todos!

viernes, 10 de diciembre de 2010

El deseo

Con motivo del 17 cumpleaños de mi hermana pequeña, he querido dedicarle este pequeño cuento que cree ayer mientras esperaba que se hicieran las 12 y poder dedicárselo vía Tuenti xD.
¡Por ti Ana, Te quiero! Sé que la foto es antigua, pero no sé porqué no puedo descargar las demás...
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Hubo una vez, una niña que caminando por el campo se encontró una sucia y vieja lámpara, extrañada la tomó y en un intento de poder leer lo que ponía bajo la gran capa de suciedad la frotó con fuerza.
De pronto, del interior de aquella extraña lámpara comenzó a salir un montón de humo que poco a poco fue dando forma a una figura humana grande y musculosa que bajó la mirada en dirección a la niña que en ese momento lo observaba con los ojos abiertos por la sorpresa.
Soy el genio que se encontraba atrapado en esa lámpara durante siglos… ¡Gracias por liberarme! Como agradecimiento, te concederé un deseo dijo aquel ser.
Ella le escuchó fascinada y pensó firmemente en lo que debía de pedir, sólo era un deseo y tenía que pensarlo bien para no desperdiciarlo.
Deseo…-meditaba la niña- deseo tener junto a mí a una persona con la que compartir todo, una persona con la que poder jugar y poder contarle todo lo que piense… deseo una persona que, a pesar de todo, siempre esté conmigo y me apoye en los momentos que yo la necesite… deseo una persona que me quiera tanto como yo la querré.
El genio sonrió al escuchar sus palabras y tras un chasquido de dedos desapareció no sin antes decir: Deseo concedido.

Nueve meses después, los padres de la niña le mostraron un pequeño bebé que la miraba con unos enormes ojos azules con curiosidad:
¾     Cariño, ésta es tu nueva hermanita, espero que la cuides y la quieras tanto como nosotros te queremos a ti.
Entonces la niña supo que el deseo del genio se había hecho realidad, allí estaba la persona que estaría junto a ella para siempre y que siempre la apoyaría en todo momento.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Lady Gaga

Después de torturas sin saber si los controladores me lo permitirían o no y si la diosa Gaga podría aterrizar en Barcelona, por fin sé con certeza que tendré el concierto por el que llevo esperando 6 meses...

Don't call my name... Alejandro